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lunes, 11 de septiembre de 2017

El Comentario




Como reflejo en mi crónica, ORGULLOSO. Orgullosos de mi equipo, de ese equipin que hace no mucho estaba a punto del “entierro”, y que el pasado sábado, con un montón de bajas, se presento en el campo del eterno rival, ese que viene de primera división y que tiene una gran plantilla, y demostró que, la pasión, el corazón, el orgullo, la “raza”, la tenemos en buenas cantidades y, se consiguió un punto, importante, pero sobre todo, lo que se demostró, es que seguimos EN PIE, no nos doblegaron, más vivos que nunca, y que seguiremos dando guerra.

Y aunque a muchos les extrañe, les cause sorpresa, ese gesto del capitán el otro dia,Toché, de enseñar el brazalete de capitán a la afición rival, y a todo el estadio, tiene un significado mucho mas allá de logar un punto, aunque sea en el estadio de uno de los favoritos. Y es que hay se encierra la “rabia” contenida de tantos y tantos aficionados azules durante tantísimos años, tragando sapos y culebras, sufriendo en silencio, viendo como trataban de “hundir”, de humillar, a tu equipo, al de tus padres, abuelos, conocidos, y de aquellos tiempos en los que nos rebelamos, y todos a una fuimos capaces de “reflotar”  aquello que, casi todos, daban por muerto y “extinguido”. Por eso, esa imagen, y la celebración de todos los jugadores técnico con los 1200 presentes, y con el resto que no estábamos pero que lo seguíamos en la distancia, simplemente es un símbolo de que este MUERTO ESTA MUY VIVO, y de que queda Real Oviedo para rato.

Y el sábado, tras la dolorosa eliminación de la Copa ante el Numancia, nos presentábamos en la villa marinera asolados por las bajas, con poco margen para confeccionar la alineación, pero con el “alma” oviedista, y el que ha inculcado Anquela. Y repetíamos defensa de Liga, con Cristian y Cotugno en los laterales, y verdes y Carlos en la parcela central, doble pivote igual con Folch y Rocha, sorpresa en la banda izquierda con Mossa, en la otra Yeboah, Saúl en una especie de media punta, y adelante Toché. Y la verdad es que el equipo salió correcto, bien plantado, tocando el balón, y bien en defensa. Pero a los trece minutos, una falta ingenua, bien parada de principio por Juan Carlos pero mal defendido luego la llegada de Carmona, que había sido el encargado de lanzarla, nos ponía por debajo en el marcador. Y nos lo ponía complicado, porque el Sporting, lo poco que demostró, es que poniéndose por delante  en el marcador y pudiendo jugar a la contra, está muy cómodo y te puede hacer un “7”. Pero aunque se pusieron por delante, no fuimos inferiores en nada en la primera parte, y el resultado se antojaba injusto. Pero no decaímos, en la segunda parte fuimos mucho mejores, se intento aunque ellos estaban metidos atrás, Anquela hizo todo para cambiar el sino del partido, dando entrada a Aarón, Linares y Owusu y quitando, incluso, aun central. Y asi, en un tiro de Cotugno que desvía su portero, el balón le caía al de siempre, a Toché, y lograba un empate, que como dije, significaba algo más de un punto. Y su celebración, ya pasa a ser historia viva del oviedismo.

Pasó el derbi, nos reencontramos con la historia 14 años después, pero esto sigue. Y el Domingo otra complicada visita, en esta caso la del Cádiz, que hasta el momento lo está haciendo fenomenal y marcha líder. Al equipo se le ve “otra cosa”, tiene mimbres, y esperemos que vayamos recuperando efectivos y que los últimos en llegar se vayan poniendo a “tono”.
 

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