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lunes, 20 de noviembre de 2017

El Comentario





Vuelta a las andadas. Después de un par de partidos, al menos con victoria, aunque aquí ya comentábamos que los problemas  del equipo continuaban, el sábado vuelta a la cruda realidad de las (habituales) derrotas fuera de casa, a los “regalos” a los rivales, y a una afición, que como siempre fue lo mejor, que tuvo que regresar a casa disgustada y amargada. Pero este es el Real Oviedo, ese equipo al que le tiran tres veces entre palos y le hacen tres goles (cualquier día, con tres disparos, nos van a hacer cuatro), ese equipo de los regalos en defensa y portería perennes, ese equipo en el que cada balón parado en contra hay que encomendarse a la “divinidad”, ese equipo que le cuesta dios y ayuda llegar arriba con algo de peligro, ese equipo al que, según las estadísticas publicadas estos días por la prensa, el 42 y pico por ciento de los disparos que nos hacen , son goles……….en fin, es el Real Oviedo.

Y eso que llegábamos a Valladolid en una tarde de Sábado agradable, con una muy  mala racha de ellos, con dos partidos por nuestra parte  seguidos remontando y ganando, con nuestra afición fiel y “entregada”, pero nuevamente, y como tantas y tantas veces, fuimos capaces a resucitar a un “muerto”. Y con muy poquito, porque realmente el R. Valladolid, tampoco es que fuera nada del otro mundo. Simple y llanamente, se dedicó a aprovechar nuestros regalos, y ya desde el minuto 4, en un gol de “chiste”, se pusieron por delante y nosotros, “na de na”
Y como decíamos, el sábado, tras la baja obligada de Carlos por tarjetas, entro en la zona central Valentini  junto a Cristian y Forlin, con Cotugno y Mossa en los laterales, Diegui en banda con Saúl en la otra, y Aarón en la media punta con Linares arriba. Y como ya ha pasado muchas veces, demasiadas, a los 4 minutos ya se nos ponían por delante  y el partido cuesta arriba, tras un córner de “chiste” cedido por Juan Carlos y que se paseo por el área sin ser despejado. A partir de ahí, como casi siempre un quiero y no puedo, con control del balón pero con nula llegada al área y sin causar peligro alguno en la portería pucelana. Ellos, tampoco, pero iban por delante. Y asi en la segunda parte, seguíamos con  la posesión pero en zonas “sin peligro”, y nuevamente en un balón parado, enésimo error en la marca, y con nada, el Valladolid que casi sentenciaba el partido. Entrada de Yeboah, Pucko  y de Steven (seamos serios, para tener a Owusus o Puckos en el banquillo, vale más tener al menos gente de la casa que no desmerecen nada) , y fuimos capaces al menos  de poner un poco de emoción con el golin de Linares. Pero poco duró, porque con el equipo ya volcado, Michel, en posible fuera de juego, dejaba el partido visto para sentencia. Lo dicho, una más de las “de fuera de casa”, y sobre todo, muy sentido por el montón de oviedistas que se fueron hasta pucela para ver otro bodrio mas.

Y ahora, pues vuelta al Tartiere. Y menos mal que, al menos, en unos de estos dos partidos fuera de casa, fuimos capaces a conseguir la victoria. Porque como ya henos repetido varias veces, cada partido que fuera no “ruquemos” nada, al final se convierte en llegar a Tartiere  con “plomo” en los pies y en una final. Y el que llega es el Numancia, un muy buen equipo que ya en la copa fue capaz de ganarnos. Pero toca ponerse el “mono de trabajo” y lograr  salir a por los tres puntos.

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